Comunidad

El diálogo como camino para la transformación de los espacios de encierro. Por equipo Marcos de Paz

Texto incluído en el Volumen II de “Miradas Interdisciplinarias sobre la Ejecución Penal” (2021) / Publicación digital de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional.

Hugo Jorge Burgos… [et al.]; Compilación de Marcelo A. Peluzzi; María Jimena Monsalve; Vilma Bisceglia. 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: IJ Editores, 2021

 

Hace algunos años la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) se propuso encontrar nuevos modos de defender los derechos humanos. Uno de ellos fue la palabra, considerada un medio para la prevención de los malos tratos y como un derecho humano emancipador que permite a las personas superar dificultades y adueñarse de sus vidas, convivir y colaborar con otras, superar traumas, aprender del pasado y pensar el futuro.

El diálogo es un medio a través del cual se avanza en el cumplimiento de la misión institucional de la PPN en su condición de mecanismo de prevención de la tortura (ley 26.827): prevenir las violaciones a los derechos humanos de las personas privadas de libertad. La tarea se realiza especialmente en los sectores en donde se registran las mayores vulneraciones a los derechos humanos, con grupos que viven en sectores catalogados como de “máxima seguridad” o en “pabellones de villa”, como también con personas que se desempeñan como personal penitenciario en esos lugares.   

 

El Programa Específico Marcos de Paz comenzó formalmente el 1º de julio de 2017 como consecuencia de las experiencias que venían desarrollándose desde 2015 y 2016: “Probemos hablando, una experiencia de diálogo con jóvenes detenidos” y “Concordia, una experiencia de diálogo con agentes penitenciarios”. Es una iniciativa de carácter interinstitucional, coordinada por la Procuración Penitenciaria de la Nación, cuya finalidad es promover la paz y prevenir la violencia y los malos tratos en contextos de encierro, fundamentalmente a través de la palabra y el encuentro, englobando los dos tipos de círculos de diálogo: Probemos Hablando (con jóvenes detenidos) y Concordia (con agentes penitenciarios). 

La tarea se denomina “facilitar el diálogo”. El plantel de facilitadores se integra por personas que trabajan en la Procuración y se ofrecieron voluntariamente para llevar adelante este trabajo (además de sus otras tareas) o que fueron contratadas especialmente para este proyecto y personas que se suman a estas actividades como resultado de su propio interés y al mismo tiempo de la decisión de la institución en la que trabajan de colaborar con nuestro programa. Asimismo se complementa con un plantel de voluntarios que se capacitaron al efecto. 

El proyecto parte de la convicción en la capacidad de todos los seres humanos de transformar positivamente el modo en que se vinculan con los demás, su propio entorno y a sí mismos a través de la palabra. Apunta a promover reformas favorables en derechos humanos y a la calidad de vida de las personas que viven y trabajan en la cárcel. La tarea se dedica a hacer posible el diálogo y  acompañar a sus protagonistas en el ejercicio del derecho humano a la palabra.

 

En este sitio se puede encontrar también el video y mayor información en: Probemos hablando: formación para la convivencia colaborativa

 

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Francisco Diez

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