Latinoamérica

Honduras, espejo de los vaivenes de América Latina

Publicado en Revista Turbulencias - Ejemplar 3 - Mayo 2021

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• Por PAMELA BORELLI

Magíster en Mediación. Diplomada en Conflictología. Integrante del grupo de voluntarios GReLa impulsado por Francisco Diez y Alejandro Nató, entre otr@s.

• Por LUIS EDUARDO GRANADOS

Abogado. Director de la firma Lexcom Abogados. Integrante del grupo de voluntarios GReLa impulsado por Francisco Diez y Alejandro Nató, entre otr@s.

 

Hablar de Honduras implica hacer foco en la gobernanza, las elecciones, el narcotráfico, la inseguridad, su economía, los huracanes, la pandemia y, por sobre todo, hablar de un pueblo que resiste, persiste y lucha.

 

En materia de gobierno y elecciones, el actual presidente Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, el próximo 22 de enero de 2022 culmina su segundo mandato, iniciado en 2017 en medio de denuncias de fraude electoral. Está transitando su último año de gobierno en medio de acusaciones de facilitar al narcotráfico y con resultados adversos en las elecciones primarias que se realizaron el pasado 14 de marzo.

Las acusaciones de facilitación al narcotráfico del actual presidente se dieron en medio del juicio seguido por la Corte de Nueva York contra Giovanny Fuentes Ramírez, ex líder del cartel Los Cachiros, por conspirar para traficar cocaína, juicio que culminó con sentencia condenatoria por este y otros cargos. Estas acusaciones motivaron en EE.UU. la presentación de una iniciativa de Ley de anticorrupción y derechos humanos, presentada por senadores demócratas, en la que pide a Biden se analice la conexión de Hernández con el narcotráfico y solicitan que se tomen medidas. La situación se agudiza con la condena a cadena perpetua a Tony Hernández, hermano del presidente y ex diputado del Partido Nacional, dictada el 30 de marzo del corriente por el cargo de facilitar al narcotráfico.

Por su parte, en las elecciones primarias, antesala de las elecciones generales que se esperan para el próximo 28 de noviembre, los resultados oficiales se conocieron luego de dieciséis días de espera e impugnaciones aún no resueltas por parte de las universidades, cúpulas patronales y del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP). Los ganadores que anunció el Consejo Nacional Electoral son Nasry Asfura, por el partido del oficialismo, Yani Rosenthal, por el Partido Liberal, y Xiomara Castro, por el Partido Libre.  El candidato cercano al presidente, Mauricio Oliva, quedó a mitad de la carrera y la posibilidad de que el futuro gobierno esté bajo sospecha de corrupción y narcotráfico sigue en alerta. Nasry Asfura, alcalde de Tegucigalpa, está siendo investigado por una presunta desviación de fondos;  Yani Rosenthal, cumplió hace poco su condena por lavado de dinero derivado del narcotráfico y, por último, Xiomara Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya que, al igual que el actual Presidente, ha sido nombrado en las declaraciones de los juicios de los líderes de Los Cachiros por contribuir con el narcotráfico.

En lo que refiere a la seguridad, Honduras se ha convertido en el arquetipo de un pueblo que sufre a manos de la delincuencia, los ajustes de cuentas y las agresiones”

Toda la situación gubernamental de Honduras se da en medio de un cambio de gobierno en Estados Unidos y, con este, de las políticas de dicho país hacia el llamado Triángulo Norte –El Salvador, Guatemala y Honduras–, siendo decisión del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el desarrollar programas para combatir la corrupción, la violencia y detener el flujo migratorio proveniente de dichos países. Estas iniciativas generan interrogantes sobre lo que pasará respecto a la estrecha relación que Juan Orlando Hernández había construido con Estados Unidos, a partir del gobierno de Donald Trump.

En lo que refiere a la seguridad, Honduras se ha convertido en el arquetipo de un pueblo que sufre a manos de la delincuencia, los ajustes de cuentas y las agresiones. Destaca el lamentable y reciente caso de Juan Carlos Cerros Escalante, líder indígena y adalid convertido en mártir, que en su incansable lucha por los derechos de su pueblo fue asesinado con cuarenta disparos en presencia de su familia. Quizá luchó demasiado bien, quizá logró incomodar a las personas incorrectas, esto es Honduras en dos mil veintiuno.

La situación de Honduras nos invita a pensar si son los tiempos modernos los culpables de la violencia sin cuartel vivida por este país, o se trata quizá de un pueblo aquejado por un singular atavismo en sus criminales. El año se abrió con masacres, como la de Catacambas en Olancho, trágica y desgarradora, o las cuatro personas sorprendidas en una masacre en Las Palmas de San Pedro Sula. Con la muerte a filo de machete de un pastor evangélico, en Esparta, Atlántida, así como crímenes cometidos por menores de hasta trece años de edad. Pareciera que emerge un patrón criminal salvaje, producto más de animales que de hombres. La inseguridad se convirtió en un ente sin forma, que daña a aquellos que se le oponen, e incluso, a los que le sirven.

Pero no todo está perdido, pues Honduras es una nación fuerte en su gente e inquebrantable en su espíritu, y se espera que Julián Pacheco Tinoco, quien es actualmente Secretario de Estado en el Despacho de Seguridad, demuestre con eficacia y rigor las razones por las que se le confió el cargo, ya se movilizan las capacitaciones para los cuerpos de seguridad, ya se instauran y mejoran programas preventivos, la autoridad enfrenta una dura prueba y a incansables enemigos, por suerte o por destino, su pueblo es uno guerrero.

Una historia diferente –aunque con reservas– es hablar de la economía de Honduras, pues es aquí donde brilla la capacidad latina de una notable resiliencia ante los problemas, el encontramos la manera ante la adversidad, así pues, Honduras fue en dos mil veinte el epicentro de la debacle económica de la región, pues, según el Banco Mundial, su producto interno bruto nacional cayó -9.7 por ciento, conociendo así tiempos verdaderamente difíciles, que impactaron en todas las esferas sociales y resquebrajaron a casi toda su población.

Ello se reflejó en olas de ciudadanos que escapaban hacia otras naciones en busca de mejores oportunidades, podemos observar una imagen más clara de dicha circunstancia en México, quien afronta las decisiones más complicadas en términos de política extranjera, pues es la vía de tránsito principal para la mayoría de hondureños que aspiran a cruzar las frontera con Estados Unidos, y para una no tan corta minoría, que desea residir en México, para iniciar una nueva vida. Estados como Tabasco resienten con mayor fuerza la migración masiva al tener colindancia directa con la ruta centroamericana de la caravana migratoria. Así pues, aunque muchos se quedaron en el camino y otros tantos regresaron justo de las puertas de otra nación.

En 2021 las predicciones del Banco Internacional consideran que Honduras recuperará un 3.8 por ciento del Producto Interno Bruto, siendo una de las tres economías que liderarán este proceso de renovación en América Latina. Una cifra alarmante es que el 48.3 por ciento de sus habitantes viven en pobreza, sin tener muchas veces acceso inmediato a los servicios básicos. Honduras tiene un pueblo difícil de vencer, como somos los latinos, cuanto más fuerte nos golpean, así de decididos nos ponemos de pie. [T]

Francisco Diez

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