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El poder de las conversaciones

Por Francisco Diez

Revista Turbulencias – 3era. Edición

Publicación trimestral del Instituto de Mediación de México
Mayo 2021

 

Conocí a Sara Cobb en 1995, en un maravilloso curso de varios días que ofreció en la Universidad de Santa Bárbara en California. Me fascinó su carisma y el universo de las narrativas que ella, con una sonrisa brillante y una chispa de malicia en el fondo de sus ojos, desplegaba delante nuestro. Recuerdo que yo escuchaba con bastante escepticismo sus planteos y hacía muchas preguntas en el curso. En un momento de corte, en el que le decía que en América Latina la cuestión de las narrativas era distinta porque la gente dice cualquier cosa y miente mucho, de pronto, ella me golpeó la frente con su palma varias veces y me dijo: ¡Tú no tienes fe en el poder de las narrativas!  Y como en ese entonces pretendía ser racional y científico, la cuestión de fe no me convenció mucho y me sonó como el versículo del Evangelio que me leían en el colegio (1).

Me llevó muchos años, lecturas, prácticas, reflexiones y aprendizajes con maestros y colegas que quiero y admiro, entender en profundidad lo que aquella frase significaba y me resultó más natural pensar en conversaciones que en narrativas. En gran medida, porque me di cuenta de que yo había tenido el privilegio de presenciar y vivir muchas conversaciones poderosas que, efectivamente, transformaron la realidad.

Comparto algunas significativas para mí:

Aquí se ve a Francisco como parte de la misión diplomática argentina que acompañó al presidente Alfonsín a Cuba

 

  • En 1986 presencié una conversación entre los Presidentes Raúl Alfonsín y Fidel Castro en la Habana. Allí Alfonsín le dijo a Castro que debía ayudar a que la izquierda revolucionaria chilena dejara de poner bombas, acepte el referéndum de Pinochet y se sume al comando del NO. Le advirtió que Argentina no brindaría asilo a los violentos y los entregaría a los Carabineros si venían a refugiarse a nuestro suelo. Un tiempo después desapareció la violencia, los más extremistas se sumaron a la Concertación y, para sorpresa de todo el mundo, Pinochet perdió la votación y tuvo que dejar el poder.

 

Las conversaciones que dieron nacimiento a la Fundación Mediadores en Red

  • En 1998 nos encontramos un grupo de mediadores de distintas provincias en mi casa en Buenos Aires y comenzamos a conversar sobre la idea de armar una red de mediadores que impulse y promueva la Mediación en la Argentina.  Nuestra colega Nora Carranza, de Córdoba, dijo: ¡Podríamos hacer un Encuentro en las sierras de Córdoba, en Vaquerías! Eso sucedió, y hoy la Fundación Mediadores en Red tiene ya más de dos décadas de vida.

 

  • En 2004 estuve presente cuando Jimmy Carter le dijo a Hugo Chávez que no importaba, en realidad, si la oposición había juntado suficientes firmas para activar el referéndum revocatorio presidencial, porque de cualquier manera él (Chávez) sabía bien que debía medirse con la oposición y enfrentar una votación. Unas horas después se anunciaba que sí habría referéndum y Chávez lanzaba su campaña.

 

El Grupo de Diálogo Binacional Ecuador-Colombia

  • En 2008 organizamos una llamada telefónica de Jimmy Carter al Presidente de Ecuador, Rafael Correa, para chequear con él si estaba de acuerdo en que siguiéramos trabajando en la iniciativa del Grupo Binacional de Diálogo Colombia-Ecuador (2).  Sobre el final de la conversación en inglés, Carter le preguntó si él estaría dispuesto a retomar las relaciones con Colombia a nivel de encargados de negocios y Correa le dijo que .  Todos pensamos que había sido un malentendido y que seguramente Correa pensó en las relaciones de negocios comerciales y no en las relaciones diplomáticas, porque el conflicto estaba muy tenso en esos momentos. Unas semanas después, conseguí una audiencia personal con Correa y tuve una conversación muy significativa con él en su despacho. Comencé diciéndole: Señor Presidente quiero confesarle que se generó una discusión interna en nuestro equipo luego de su último contacto telefónico con Carter. Él afirma que Ud. está dispuesto a retomar relaciones con Colombia, pero todo nuestro equipo piensa que hubo un malentendido y que eso no es así.  Correa sonrió y me dijo: Carter tiene razón. Yo le repliqué: ¡Eso es buenísimo! ¿Y cómo hacemos? –¡No sé!, dijo él, ¿qué sugieres? –Bueno, dije, podemos negociar el texto de tres comunicados de prensa. En el primero, Carter le pide a ambos Presidentes que retomen relaciones diplomáticas a nivel de encargados de negocios y luego ambos gobiernos le contestan públicamente de manera positiva. ¿Le parece?  –Bueno, replicó él, pero primero contesta Colombia ¡y después nosotros!  Y así fue.

Lo relevante para mí es el mecanismo que hay detrás de las conversaciones.  Y me gusta usar ese término, porque viene del verbo latino verteré, que significa dar vuelta algo, cambiar, y que encontramos en otras palabras más directamente ligadas a esa idea, como verter o convertir. Por lo que etimológicamente, con-vertere, significa dar vuelta algo, cambiar, junto con otro.  La noción de cambio está incluida en la palabra, porque –efectivamente– es a través de conversaciones cómo se genera.

Si uno reflexiona sobre su vida personal y busca los momentos de cambio relevante en su destino, es muy probable que encuentre alguna conversación que antecede a esa decisión de cambiar y que se encuentra ligada de manera directa a la nueva realidad que esa decisión construye. Cuando uno decidió su carrera, cuando decidió cambiar de rumbo profesional, cuando decidió casarse o divorciarse, cuando decidió una mudanza…  todos los momentos de cambio de rumbo tienen detrás una conversación con alguien significativo, alguna conferencia o algún texto relevante que nos impactó, o un diálogo especial con uno mismo.

El mecanismo que subyace a las conversaciones incluye entonces una intención de cambio.  No se trata de una charla superficial entre amigos, ni aun de un diálogo en el que podemos simplemente escuchar y comprender, sin ninguna intención ulterior. Cuando nos disponemos a tener una verdadera conversación con alguien es porque queremos construir un proceso de cambio con ese otro. Es posible que tengamos claridad sobre hacia dónde queremos cambiar (como cuando iniciamos un proyecto común) o que solamente tengamos la aspiración de salir del lugar en que estamos ahora, aunque no esté claro el punto de llegada (como en un divorcio). Y en esa intención de cambio, necesariamente hay valores implicados, no es una conversación neutral, porque buscamos una realidad mejor que la actual.

El mecanismo incluye también un cierto nivel de conciencia sobre el vínculo que hay entre la decisión individual y su efecto en la construcción de la realidad, lo que llamamos agencia.  La decisión individual es la única manera de intentar y buscar generar una transformación en la realidad individual.  Y por extensión, la decisión de los individuos que tienen poder para afectar la vida de los demás es la manera de transformar la realidad común. Si la conversación no se traduce en una o más decisiones, por más profunda y significativa que sea, entonces su potencialidad de cambio queda trunca.

Ese mecanismo también incluye, cuando conversamos con otro, un reconocimiento de ese otro con el que conversamos como alguien distinto que contribuye de manera muy relevante al proceso de transformación de la realidad. Aunque la decisión sea individual, para que se active la toma de decisiones, la interacción con el otro es lo que actúa como un reactivo que reafirma o confirma la decisión de cambio.

Como mediadores, lo que hacemos es diseñar y sostener verdaderas conversaciones: tenemos la intención de facilitar un proceso de cambio en la realidad de las partes, necesitamos entablar un tipo de conversación que active su propio mecanismo de toma de decisiones y para eso debemos ser capaces de comprender y entrar en la realidad de esa otra persona y hacer contribuciones significativas para él/ella. En la mirada de Sara, esas conversaciones tienen el propósito de modificar las narrativas. Si logramos que, en efecto, con esas conversaciones emerja una nueva narrativa que posibilite y le dé sentido a la decisión de cambiar el curso de los acontecimientos en la vida de los individuos o de las comunidades a las que pertenecen, habremos hecho muy bien nuestro trabajo.

¡Sara Cobb siempre tuvo razón!

 

 

REFERENCIAS:

Francisco Diez

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